El pasado 10 de mayo, fiesta de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español, se reunió el presbiterio de Albacete convocado por el Sr. Obispo. Son varios los años en los que se aprovecha esta efeméride para celebrar las bodas de oro y de plata sacerdotales. Este año también se celebraron las bodas de platino de D. Antonio Pascual de Teresa que, por motivos de salud, no estuvo presente. San Juan de Ávila se ha convertido en una fecha señalada para toda la comunidad diocesana, pues bien sabemos lo importantes que son los ministros de la Iglesia para el día a día de las comunidades cristianas.
Se aprovechó el encuentro sacerdotal, organizado por la recientemente creada Delegación del Clero, para escuchar la conferencia “La misericordia en San Juan de Ávila”, a cargo de D. Francisco Juan Martínez Rojas, Vicario General de Jaén. En ella, se recordó la biografía del santo, incluida su estancia de tres años en las cárceles de Sevilla por sentencia del Santo Oficio de la Iglesia, la misma que siglos más tarde lo proclamó santo y doctor. Con tono pausado y sentido, el ponente habló del amor de Dios, que es misericordia infinita y de la importancia de pregonar la gloria de Dios. Precisamente, de ahí, viene el lema del año jubilar avilista, en Baeza, con motivo del 450 aniversario de la muerte de San Juan de Ávila.
Después, comenzaron los testimonios de los sacerdotes que fueron ordenados en 1969 y en 1994.
De las Bodas de Oro
De las Bodas de Plata
A Dios, gracias por su llamada, que se hace realidad en las vidas de sus servidores, ministros. Los sacerdotes visibilizan la cercanía de Dios con su pueblo; con su presencia, entregada y desinteresada, hacen ver el ministerio de Jesús, el que lavó los pies a sus discípulos, el que está entre nosotros como el que sirve.